viernes, 20 de noviembre de 2009

OTROS EDIFICOS DE INTÉRES Y LA NECRÓPOLIS

  • Las tabernas
Los famosos thermopoliums, lo que hoy llamaríamos tabernas, eran muchos y ofrecían comidas rápidas calientes a los paseantes así como vino caliente (que da el nombre de Thermopolium) y pan elaborado en hornos casi como hoy en día. Estos mostradores a la calle, tienen hornacillas donde las comidas se mantenían calientes del mismo modo que se hace hoy en día, el cliente que pasaba por la calle, podía estar fuera del mostrador o también, había sitio donde sentarse cómodamente. Otra de las particularidades llamativas, es que cuando estos negocios cerraban, lo hacían con puertas de madera corredizas, las mismas se deslizaban sobre la piedra tallada para este fin.
A la izquierda, un thermopolium sobre La Vía de la Abundancia, como observamos, tiene pozos circulares donde se ponían los recipientes de barro para las comidas o para el vino donde se conservaban calientes, también algunos de estos locales tienen una especie de bancas donde sentarse si el cliente deseaba hacerlo.En la imagen de la derecha, observamos las guías talladas en piedra por donde corrían las puertas de madera a la hora del cierre.

. Las panaderías
En Pompeya aparecieron 34 panaderías. Los hornos de leña son muy similares a los actuales de las pizzerías napolitanas,utilizaban la piedra lávica para amasar el pan, ya que no contaminaba el pan. El consumo de pan se extendió a partir del siglo II a.e.c.
Una de las panaderías más importantes fue la de N. Popidius Priscus la cual carecía de mostrador. Tenía dos habitaciones al lado del horno, las cuales se utilizaban para el almacenamiento del pan recién horneado y como granero. También destaca la de Sotericus por ser una de las más grandes de Pompeya. Además se encuentran panaderías en las que encima tienen la casa.

  • Las lavanderías
Para la limpieza diaria del hogar romano se empleaban sistemas tradicionales como los paños, escobas y esponjas; además del agua y el serrín con los que se arrastraba o disolvía la suciedad.
Los paños más toscos se usaban en las cocinas en la limpieza y secado de las manos y la vajilla; mientras que sus hermanos de mejor calidad se reservaban para su uso en ciertas estancias, como la recepción de invitados.

Uno de los mayores quebraderos de cabeza de las matronas romanas y de los mayordomos de las casas fue el lavado de la ropa; se podía remojar y aclarar las prendas más ligeras, pero no se conocía el jabón, de modo que las piezas de lanas y las manchas más persistentes eran enviadas a las lavanderías. En estas se empleaban diversas sustancias minerales y vegetales, con múltiples aclarados.



En la fotografía, la llamada Fullonica Stephani, una lavandería y tintorería situada en Pompeya.

Las escobas, de hojas de palmera o tallos arbustivos eran utilizadas para pulir y dejar brillantes los pavimentos de mosaico, mármol, ladrillo, arcilla apisonada; mientras que en los pavimentos no porosos, por ejemplo los suelos de comedor, se utilizaba serrín para absorber las grasas y líquidos, y si no un buen baldeo de agua. Otros utensilios frecuentes fueron las esponjas, utilizadas para limpiar las columnas y las mesas, pero también haciendo las necesidades de papel higiénico a la romana en el retrete.




  • La Necrópolis

Se trata del cementerio o zona dedicada a los enterramientos. Etimológicamente significa ciudad de los muertos, pues proviene del idioma griego: necro, muerte, y polis, ciudad. En el mundo romano no se permitía el enterramiento de los muertos dentro de la ciudad, por tanto eran enterrados alrededor de las vías de acceso a la ciudad.

Siempre según la riqueza de los muertos, las tumbas podían ser desde un simple ataúd hecho con tejas o ánforas hasta mausoleos pasando por lápidas que a su vez indicaban el lugar del enterramiento hablándonos de la personalidad del muerto.

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