domingo, 24 de enero de 2010

EL BAPTISTERIO

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La Basílica de San Giovanni, conocida como el Baptisterio de Florencia es probablemente el mejor ejemplo de arquitectura románico-toscana de planta octogonal. Se desconoce con certeza el origen de esta construcción, dedicada a San Juan Bautista, patrón de la ciudad. Actualmente, los expertos consideran que es una obra románica de los siglos XI-XII, aunque inicialmente se fechaba en el siglo V. Fue la primera catedral de Florencia, pero en 1128 se convirtió en el Baptisterio, ya que Florencia había crecido mucho y necesitaba una catedral mayor para albergar a toda la población, en caso de que fuera necesario.

La iglesia tuvo muros de piedra fuerte natural y, posteriormente, se añadió un revestimiento de mármol blanco de Carrara y mármol verde de Prato, con doble orden de pilares que sostienen unas arcadas decorativas. El Baptisterio fue construido sobre las ruinas de una iglesia paleocristiana; de hecho, en sus cimientos conserva parte de la construcción romana y algunos mosaicos.

El interior está diferenciado por dos órdenes arquitectónicos, la parte inferior con columnas de granito de capiteles dorados, alternadas con pilares y la parte superior, con pilares más pequeños que se intercalan con las ventanas de la galería donde se sentaban las mujeres. La linterna se encontraba abierta, pero fue cerrada en 1550. La decoración del suelo y las paredes es sobria y armoniosa.

El Baptisterio alberga obras como la María Magdalena de Donatello o el monumento funerario de Baldassarre Cossa, el antipapa de Nápoles, de Donatello y Michelozzo. Antiguamente, la pila bautismal se encontraba en el centro, pero la fuente actual data del siglo XIV, es menor y se encuentra ubicada a la derecha. Los mosaicos de la cúpula son magníficas obras de arte de estilo bizantino, con motivos del Génesis, de la vida de San José, de Cristo y de San Juan.



  • Púlpito del baptisterio de Pisa


Entre los conjuntos decorativos paleocristianos más antiguos de Roma se hallan los murales de la basílica de San Juan de Letrán. Tras el arco de triunfo que separa el transepto de la capilla mayor encontramos un sensacional conjunto decorativo, presidido por la Cruz como símbolo de la victoria de Cristo. Sobre ella se muestra el cielo presidido por las figuras de la Trinidad y acompañados por ángeles en ambos lados. En la tierra, la cruz es fuente de los cuatro ríos del Paraíso y a ella van a beber los ciervos. La Virgen y san José encabezan los grupos de santos que acompañan a la Cruz, recortado el conjunto sobre un fondo dorado. El hieratismo y la influencia bizantina caracterizan a las diversas figuras.

Púlpito realizado por el escultor gótico Nicola Pisano para el baptisterio de la ciudad de Pisa, actualmente conservado in situ aunque no en su exacta ubicación original. Se trata de un púlpito monumental de algo más de 4,5 m de alto, completamente exento, construido con mármoles de diferentes colores y con una extraordinaria profusión de esculturas, también coloreadas en parte (aunque quedan pocos restos de la policromía). Al contrario que los tradicionales púlpitos rectangulares de la Toscana, éste fue concebido en forma de hexágono, lo que refleja tanto la estructura del edificio baptisterial como la de la piscina, obra de Guido da Como. Se alza sobre siete columnas coronadas por capiteles corintios, seis en cada vértice del hexágono y una en el medio, que tiene una base más alta y decorada con animales y figuras humanas agachadas. Tres de las otras columnas se apoyan sobre la figura de un león, mientras que las restantes, alternas, lo hacen en bases simples. Las columnas sostienen arcos trilobulados sobre los cuales se apoya el púlpito propiamente dicho. Si la composición de la pieza es innovadora todavía más lo son sus esculturas, que se consideran el primer ejemplo de escultura gótica en Italia. Son excepcionales los grandes paneles en relieve que decoran cinco de las seis caras del púlpito (la sexta es la entrada).

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